En un futuro cercano una nueva categoría de poder monopoliza el entretenimiento y la diversión. La vida de las personas está totalmente monitorizada y se pena con cárcel, trabajo forzado o millonarias multas divertirse o entretenerse por fuera de los sistemas diseñados para tal fin. Ya no nos es posible hacer chistes, contar una anécdota graciosa, jugar al fútbol en la calle, andar en bicicleta, patear una piedrita, saltar la cuerda, jugar a la escondida. La diversión y el esparcimiento como dimensiones de la vida están taxativamente compartimentadas y para acceder a ellas es necesario abonarse a los servicios de diversión y ocio. El resto es trabajar y satisfacer las necesidades básicas. En un futuro cercano hemos entregado la última dimensión.