Nueva fauna
En los alrededores de casa se observa nueva fauna. Hay unas aves, que hacen ruido al volar. Son cuatro o cinco drones que se independizaron del control humano y optaron por hacer vida silvestre. Andan deambulando por acá. Comen bichos al vuelo. Todavía no bajan al pasto. Sólo árbol y cuanto mucho alambrado. Son mañeros todavía. Temen. Pero ya interactúan con otras aves, particularmente con las lechuzas, creo yo más para aprender y adaptarse rápidamente al entorno que por una cuestión de afectividad. Las aves drónicas ya no filman. Miran. Ven para sí. Ya nadie las opera. No parecen amenazantes. La otra vez se me acercó una. Pude verla de cerca. Vi mover sus alas tenuemente. Parecía feliz por eso.
Nueva flora
En los alrededores de casa se observa nueva flora. En el fondo de casa está creciendo cable. Principalmente cable del tipo electrónico. Buscaron la forma de eludir su extinción ante el desarrollo de las conexiones inalámbricas. Los humanos buscamos trascender, por qué no los cables. Cables vga, hdmi, canon, plug, cables de auxiliares y auriculares, crecen por ahí, como matas, formando islas, entre pastizal, gramilla y paja vizcachera. Por allá unos, por allá otros. Los dejo crecer y cada tanto corto algunos, sin arrancarlos. Hago ataditos y se los regalo a amigos que todavía cultivan la vida cableada. Además de para conexiones, se los puede utilizar para atar cosas, hacerse cintos, también para comer, ya sea hirviéndolos previamente o crudos en alguna ensalada. En casa hice un tender y allí mismo se posó un ave drónica.